Etiqueta: DIaléctica
-
Dialéctica de los valores
Es todo un honor para mí, querido Ignacio, que me remitieses a tu ensayo para que pudiera, a partir de él, desarrollar un conjunto de ideas acerca de un tema harto complicado como éste: La naturaleza de la Justicia. Siendo mis conocimientos sobre Derecho totalmente nulos, al contrario de los que tanto tú como nuestra querida contertulia poseéis, me limitaré a llevar a cabo un humilde ensayo, de carácter reflexivo y filosófico, en el que exponer distintas observaciones acerca del gratificante debate que habéis comenzado en nuestra estimada revista. Entender qué es la Justicia es entender cómo ha de funcionar la sociedad actual y de esta forma tener la llave que abre todas las puertas de la política, aquél faro cuya luz marca el camino de lo correcto y de lo moral.
-
Breve introducción a Hegel
Llegó el momento de hablar de Hegel, el gran filósofo alemán que tanto ha influenciado, para bien o para mal, la historia de la filosofía. Hegel es el gran odiado y admirado de la historia del pensamiento. Es, sin lugar a duda, el pensador que siempre más me ha interesado, pero, a su vez, en el que menos me he atrevido a indagar. Cualquier filósofo advierte de la clara dificultad de su obra, aunque son también muchos los que aseguran que no es una cuestión de dificultad, sino de sentido común. Ludwig Von Mises dijo en una de sus conferencias que en cada obra de Hegel debería venir una advertencia al lector que le avisara de que “La lectura de esta obra puede perjudicar a su salud mental”. Por otro lado, uno de los filósofos españoles que más repercusión han tenido en el proyecto de La Tertulia, estoy hablando de nuestro querido y estimado Don Antonio Escohotado, señaló en una de sus entrevistas que no existía un mejor prosista que el recién atacado Hegel. Es más, el propio Escohotado acaba por definir a Hegel como un “referente intelectual”, dejando clara su enorme filia hacia el pensador alemán, del que tanto bebe y tanto ha recogido. Sin embargo, dando otra vuelta del revés, Karl Popper le definirá como una suerte de “impostor intelectual”, señalando que «Hay todavía quienes creen en la sinceridad de Hegel o quienes dudan si su secreta fuerza no residirá en la profundidad, en la plenitud del pensamiento, más que en su ausencia total». ¿Cómo se explica esto? ¿Cómo es posible que la magnífica razón de estos hombres acabase por tener opiniones tan dispares acerca de una misma obra?